Como una taza de chocolate caliente una fría noche de
invierno. Unas manos frente a una chimenea chisporroteante en un día de nieve. Un
jersey de lana suave y mullido oliendo a tu colonia favorita. Como su aroma
antes de salir por la puerta. Enterrar los pies en la arena de la playa el
primer día de verano, esa ola que te sorprende.
Como un prado verde en el que leer tu libro favorito a la
sombra de un viejo olmo. Una tarde en sitios olvidados que solo tú conoces.
Como un abrazo inesperado.
Una sonrisa sincera.
Una risa desde el fondo del estómago, fuerte y
espontánea.
Como bailar sin que nadie te vea.
Esa brisa fresca de primavera. Un piano tocado con
suavidad.
Tu canción favorita. La alegría contagiosa de un
cachorrito al verte. El efecto de explotar burbujas de plástico. Saltar sobre
la cama, hundirte entre algodones. Agarrar la luna con las manos, rozar las
estrellas con los pies. La calidez del sol sobre la piel.
Como la sensación en la yema de los dedos ante la emoción
anticipada del primer beso.
El entusiasmo de crear pompas de jabón.
Contener el aliento en un gran salto.
La sensación de volver a casa.
Todo eso te provoca. Todo eso a la vez. Ese susurro en tu
oído que no son palabras, es suave melodía que tintinea. Cuando te dice, solo a ti
¿Te quedas conmigo?
1 Comentarios:
Maravilloso.
Simplemente.
¿Ves? ¿No lo ves de verdad? No lo has perdido. Para nada.
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