Desperté de mi letargo entre truenos y relámpagos. Olas enormes movían el barco casi hasta el punto de que zozobrase. Estremecedor. Por fín el vaivén del mar bajo los pies. Abrí los ojos y todo lo que vi fue gris. La lluvia me empapaba la ropa, un vistazo alrededor me percató de que la tripulación inconsciente aquí y allá sobre la cubierta empezaba a despertarse.
Me incorporé con algo de dificultad y me agarré a la balaustra para no caer al mar y deparé en todo alrededor. El cielo y el mar tenían un color gris y ambos rugían con furia, el viento hinchaba las velas hasta el punto de rasgarlas y la línea que separaba cielo y agua se fundía haciéndolos uno solo. Sólo un nombre se escapó en un susurro entre mis labios y cómo si oyera un relámpago lo iluminó todo. Bienvenida de nuevo, Calipso.
Me encaramé vi todo con claridad: detrás, una multitud de barcos piratas con sus banderas izadas y ondeando al viento. Delante, un panorama estremecedor: Dos buques, La Perla y el Holandés, enzarzados en una batalla épica en mitad de un gran remolino mientras toda una flota de hostiles de la Armada esperaban detrás como buitres ante su presa. Si La Perla caía, no habría opción para los nuestros. Y entre la batalla de titanes y el resto de la Armada, dos buques. Mi presa era uno de ellos.
De repente el Holandés desapareció sin dejar rastro y el mar fue calmándose poco a poco. Ante tan contradictorio desenlace uno de los buques que esperaba ante la flota de la Armada fue, discretamente, poniendo pies en polvorosa cometiendo así el traspiés que lo identificaba claramente. Esa fue su perdición.
Salté de las jarcias y miré a mi tripulación que entre gruñidos maldecían llegar empapados. Pero ahí estaban todos, en pie, de vuelta al mundo del que no nos debieron exiliar nunca. Ahora era nuestro turno.
No hacía falta ningún discurso heróico, ninguna palabra valiente que alentara sus corazones, ningún grito de guerra tópico de serie b. Sus ánimos ya estaban cargados con ansias de venganza y ni el más logrado de los pregones haría justicia a lo que deseaban.
Solo una orden simple que todos conocían, era todo lo que esperaban:
-A vuestros puestos.
Reencuentros I
Reencuentros II
Reencuentros III
El otro día me acordé de que nunca terminé este...err...spin off? y viendo otra vez PdC: en el fin del mundo me vino la poca inspiración para dar forma a esta introducción de la batalla final ... Algún día de estos colgaré esa batalla xD
5 Comentarios:
tendre que releer los otros, no me acuerdo mas que de un par de cosas :P
Al leer IV lo primero que he pensado ha sido Intravenoso, snif...
Si es que Piratas del Caribe 3 mola XD
me acabo de leer todos y son curiosos, incluso dignos de tener x ahi guardados a la espera del resto. jeje
animo y no nos dejes sin final casi 3 años mas
Vale. Sinceramente.....se te va la olla, pero he de decir que me encanta XDDDD
Para cuando esa batalla?!?!?!??!
Yo también navegaba sin rumbo, y he encontrado el relato, que gozada. Quizá debiera decir que soy un tripulante de El Holandés pugnando por salir del remolino :) .
Enhorabuena por el escrito, espero aqficionarme más con los anteriores.
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